Desde hace muchos anos, piezas de orfebreria han aparecido casualmente en variados lugares del altiplano central colombiano: arando o sembrando, construyendo una cerca, explorando una cueva, se han hallado enterradas, colocadas en la fisura de una roca, en ocasiones dentro de una vasija de barn, y con menor frecuencia, acompanando a un entierro. Se encuentran aisladas, o formando conjuntos paniculares con que, hace siglos, los oferentes indigenas quisieron comunicar sus peticiones o asegurar su proteccion (v. Plazas, 1987. Londono, 1986. Langebaek, 1986).