Para la gran mayoria de la gente, la omnipresencia del sonido no merece consideracion especial; es aparentemente tan transparente al escrutinio como lo es el aire que lo conduce. Solo se tiene en cuenta como un fin para la comunicacion, para el lenguaje, y por si acaso, para la recreacion. Sin embargo, sus actividades menos organizadas que el lenguaje y la musica casi no se toman en cuenta, a pesar de que el ruido de las hojas, de la lluvia, y del contexto urbano son vitales para nuestro sentido de onentacton. Partiendo entonces de la hipotesis de que la musica no, sino el sonido tiene un enorme potencial para la orientacion y la comunicacion, quisiera sugerir que el ser humano como especie, en cuanto a su capacidad para el raciocinio, en gran parte se diferencia de las demas especies porque ha logrado utilizar el sonido de una manera diferente.