El psicoactivo como mediador cultural: la problematica inherente al consumo de drogas no es posible abordarla desde un biologicismo cerrado o un culturalismo gaseoso que niega la realidad del efecto de estas sustancias sobre la electroquimica cerebral. Desde los comienzos de la vida humana las sustancias psicoactivas parecen actuar como mediadores privilegiados entre el cerebro y la cultura, no conociendose hasta el presente ninguna etnia o grupo social que haya prescindido completamente de su uso. En las sociedades antiguas o extaticas, el psicoactivo cumple el papel de mediador de socializacion y de reforzador del aprendizaje, pudiendo decirse que la experiencia derivada de su uso es tan importante para un miembro de estas culturas como lo puede ser para nosotros el paso por la escuela y el aprendizaje de la lectoescritura. Gracias a la riqueza etnica y cultural de nuestro pais, no tenemos que ir muy lejos para comprobarlo. El uso de hoja de coca por parte de comunidades indigenas andinas y la utilizacion del yage en los grupos de la Amazonia, es prueba fehaciente de ello. Se sabe, hace mucho tiempo, que despues de participar en el ritual de consumo, el individuo se muestra mas solidario con los valores de su comunidad, obteniendo ademas una certeza sensorial sobre el contenido de sus mitos, con lo cual el conocimiento praxico y territorial transmitido por estos es mas facilmente utilizable.