Por tradición y a diferencia de otras culturas, nos han enseñado en la casa, escuela o colegio y mucho más en el trabajo a buscar amor, prosperidad, salud, felicidad y satisfacción en el exterior y jamás se nos ha hecho ver, ni se nos ha inculcado que la mayor riqueza está en el interior de cada uno de nosotros. Bien dice el doctor Dyer "se nos ha condicionado para creer que recibimos la gracia de la vida" y no para que disfrutemos de la inmortalidad de nuestro yo espiritual, se niega la opción de estar siempre acompañado de una energía que para muchos es lo divino y para otros es la conciencia.