Roberto Rossellini merece una mayor atencion hoy en dia de la que generalmente se dispensa a su obra por parte tanto de los criticos como de los espectadores cinematograficos. Ademas de situarlo como un representante del neorrealismo italiano, de censurar la no demasiada transparencia de su postura politica (en sus primeras peliculas su actitud hacia el fascismo de Mussolini no fue la que esperaban los comunistas italianos) y sus referencias ocasionales a su gran proyecto pedagogico, muy pocos han comprendido una vision que, de ser puesta en practica, contribuiria enormemente a cambiar el mundo, la meta final de toda filosofia y todo pensamiento, segun los marxistas.