Al mirar la historia del cristianismo se constata que el concepto de ocio ha sido visto peyorativamente (Garrido, 2005); sin embargo, algunos estudios sobre el tema permiten acercarse a el en un sentido diferente, en donde el ser humano se dispone para liberarse de una vida agitada y excesivamente productiva (Moltmann, 1972; Rahner, 2002). La vida del cristiano tambien se desenvuelve en un contexto ocioso y, si miramos bien, las practicas ociosas que alli se desarrollan son, en su mayoria, para fortalecer el seguimiento de Jesus, la opcion por el bien, la justicia y los pobres.