En 1984 se estreno la pelicula Birdy , Alas de Libertad, del famoso productorBritanico Alan Parker, que contaba la historia de un adolescente de Philadelfiaquien tenia unos deseos irresistibles de volar. Traigo a mi mente este filme porque recuerdo vagamente varias de las cosas que el protagonista hacia, en su intento de volar, aun poniendo su vida en peligro. La pelicula, la universidad y la vida me han dejado ensenanzas que nos dan la fuerza para “volar” y las quiero compartir a traves de este escrito. Primero miremos porque no podemos volar, no en el sentido fisico sino en lo metaforico, hacia unas metas, hacia unos suenos: Como dice Borja Vilasec, escritor espanol, en su fascinante libro El sinsentido comun, desde nuestro nacimiento ya venimos predestinados a no volar debido al determinismo y condicionamiento social que nos dice que “no podemos”, que “no somos capaces”, que “no debemos”, que hacen que nuestra zona de confort vaya creciendo fuerte como una caparazon que nos acompana en la vida con la creencia que todo lo que pensemos y hagamos debe tener la garantia de darnos seguridad y no avanzar mas alla de esta zona. Dice Vilasec: “… Al no saber quienes somos, nuestra forma de pensar y de comportarnos se asemeja mucho al del grupo social y cultural al que pertenecemos. No tenemos identidad propia, vivimos tiranizados por el miedo y la inseguridad, y ademas nos infravaloramos.Debido a esta falta de autoestima, somos obedientes y sumisos, onformandonoscon el modo de vivir establecido por el statu quo…”. Padres, educadores, vecinos, amigos, se encargan de ir moldeando esa zona de seguridad y de confort, y nos sentimos “bien” y vamos caminando en la misma marcha de miles, millones de personas, asegurandonos de no salirnos de todo aquello que nos brinda seguridad y confort, sin volar. Cuando llegamos a la empresa seguimos persiguiendo seguridad que nos brinda la compania, el salario, los horarios, las ordenes de los superiores, perpetuandose la dependencia de factores externos que nos impiden volar. Todas las creencias y experiencias nos han formado una cultura de seguridad dependiente de factores externos a nosotros mismos. William F.Bohan, en su libro El poder Oculto de la Productividad, expresa que hay tres factores principales por los cuales las personas en las empresas no pueden desarrollar todo su potencial, lease volar: El temor al fracaso, creer que no puede y los procesos y procedimientos deficientes y si a esto le sumamos que desde hace siglos, la empresa nacio con dos actores diametralmente opuestos que a lo largo del tiempo han tomado diversos nombres y connotaciones diferentes: amo y esclavo, siervo y senor, jefe y subordinado, trabajador y empleador y, ultimamente, gerente y colaborador, todas ellas guardando una profunda distancia debido a que el paradigma reinante es que unos piensan, en su libro David y Goliat llama “nosotros”, refiriendose a los jefes, supervisores o gerentes, y “los otros” a los trabajadores, quienes solo deben ocuparse de cumplir con unas ordenes impartidas previamente programadas por quienes se suponen pueden hacerlo, limitando el potencial de las personas, la creatividad; es decir, limitando la facultad de volar. y los demas hacen lo que los otros piensan. A esta dialectica Malcolm Gladwell en su libro David y Goliat llama “nosotros”, refiriendose a los jefes, supervisores o gerentes, y “los otros” a los trabajadores, quienes solo deben ocuparse de cumplir con unas ordenes impartidas previamente programadas por quienes se suponen pueden hacerlo, limitando el potencial de las personas, la creatividad; es decir, limitando la facultad de volar.