No hubo descanso, trabajamos seguido hasta ultimar los detalles; a las nueve ya tenia dolor de cabeza y me estaba sintiendo resfriada. Fue una noche de muerte. Sentia mucho calor y despertaba constantemente pensando que alguien me estaba arrebatando mi glucosa...y asi fue todas las horas. Me desperte con mucho animo a las cuatro de la madrugada, y aproveche para hacer un trabajo porque sabia que no iba a tener suficiente fuerza para hacerlo mas tarde. A las seis de la manana volvi a dormirme.