Don Quijote personifica el estoicismo predicado y vivido por Seneca. El Caballero de la Triste Figura prolonga el senequismo. Lo encarno y le infundio trascendencia, hasta exaltarlo a la categoria de rasgo de identidad del autentico ser caballeresco y espanol. El autor hizo exposiciones entorno a esta ponencia en la Catedra Edith Stein, de la Facultad de Filosofia y Letras, en la Semana Cultural del Seminario Mayor de Medellin y en el ciclo sobre el libro y el idioma en la Universidad La Gran Colombia, de Armenia, Quindio.