La filosofia se define como “el amor a la sabiduria” porque efectivamente debe comenzar amando antes que pretender saber. Para llegar a comprender, primero hay que desearlo; vale decir, asombrarse de no comprender, incluso temer no comprender (y ese asombro tambien le brinda un comienzo a la sabiduria); o bien sufrir por no comprender (y ese temor da igualmente inicio a la sabiduria). La filosofia no comprende sino en la medida en que ama (Jean-Luc Marion).