El proceso penal es un importante instrumento de politica criminal a traves del cual el Estado ejerce el control formal sobre el problema de criminalidad. Uno de los modelos que tiene mejor acogida en el mundo actual es el penal acusatorio, de caracter adversarial, en el cual se identifican dos partes: fiscal y acusado, quienes en igualdad de condiciones presentan sus pretensiones ante el juez, quien dirime el conflicto. Pero previa a esa decision, las dos partes enfrentadas deben gozar de las plenas garantias que aseguran la imparcialidad del juzgador, por eso se habla de igualdad de armas. Para cumplir con ese objetivo es necesario acudir a las tecnicas que aplicadas al juicio oral, garantizan la eficacia del proceso.