En mis andanzas por el mundo europeo y mis largas caminatas pensativas por el Buenos Aires de las mas lejanas plazas, la idea, la aspiracion a una literatura, en que el hombre se reflejara, no solo en su deformacion o mutilacion, sino en su entero ambiente moral, me hostigaba y estimulaba. Me decia a mi mismo en aquellos momentos de atareada conversacion interior, que el hombre es, no solo hombre, sino hombre y ambito” Eduardo Mallea Hace ya algunos dias que lei “La Invencion de Morel”, y ciertos apartados se mantienen en mi cabeza como una especie de melodia construida por una serie de tambores que retumban en diferentes tiempos. No es por supuesto un acorde, pues las frases vienen y van en forma fragmentada al igual que la confluencia de incesantes pensamientos cuando en la noche aparece la calma.