Los recursos humanos en las organizaciones del Estado son quienes le dan vida a la administracion publica, y son los llamados a conducir e innovar los procesos de consolidacion de politicas que permitan el eficaz cumplimiento de los compromisos del Estado con la sociedad. Sus cualidades y capacidades son propias de una persona al servicio de un fin publico, cuyo objetivo no responde a principios de rentabilidad u ganancia, sino a una vocacion un tanto altruista que se soporta en los valores de la igualdad, moralidad, economia, eficiencia, celeridad, imparcialidad y publicidad. En Colombia, la manera de conducir y gestionar los recursos humanos dista grandemente de ser lo que la Constitucion del 91 habia dispuesto que fuese la funcion publica. Los empleados del Estado, quienes son los encargados de realizar las funciones administrativas en el marco de un regimen laboral, han sido paulatinamente suplantados y desplazados por el uso desmedido de la institucion conocida como “contratos de prestacion de servicios”, que por su naturaleza puede, legalmente utilizarse solo de manera excepcional para facilitar y contribuir al cumplimiento de los fines del Estado. Durante el gobierno de Alvaro Uribe, el abuso de esta forma de contratos de prestacion de servicios tomo gran relevancia, dandole una aplicacion generalizada, y evadiendo los limites de la excepcionalidad y temporalidad con que fue concebida dicha figura, al punto de hallar que en algunas entidades del Estado el numero de contratistas sobrepaso al numero de empleos.