Existe en San Juan de Dios un servicio modesto y escondido, en la casa que albergaba en otras epocas el viejo molino de La Hortua. Oculto por los nuevos pabellones, sus amplias salas reciben - vieja costumbre! - su contingente diario de enfermos, compuestos casi en su mayor parte por aquellos a quienes la premura del examen no ha permitido clasificar acertadamente en los cuadros nosologicos o bien por otros, cuyo aspecto decrepito y su estado de mal avanzado hacen suponer que ocuparan tan solo breves dias la cama.