El dolor y el sufrimiento humano han sido abordados en la Sagrada Escritura desde diversas perspectivas, las cuales coinciden en la posibilidad de encontrar a Dios cercano en medio de las situaciones limites de la existencia; piensese, por ejemplo, en Job, los canticos del Siervo Sufriente de Isaias, y los salmos de lamentacion. El Salmo 38 es la suplica de un orante que reconoce en su pecado la causa de la enfermedad que lo oprime. Especial atencion merecen los versiculos 14 y 15, que manifiestan la sordera y mudez del salmista ante los ataques de los enemigos y el desprecio de los amigos. El objetivo del presente articulo es dar una posible respuesta al por que de esta inusual actitud del orante: ?Obra asi porque espera que Dios actuara en favor suyo?, ?Porque la mansedumbre es su principal virtud? , ?Porque reconociendose pecador sabe no tener autoridad para reclamar a quienes lo injurian?, ?Porque ha llegado a un grado tal de enfermedad que le impide oir y hablar? El analisis exegetico permitira, aparte de aproximarse a una correcta interpretacion del texto, confrontarlo con el Cuarto Cantico del Siervo Sufriente.