En los cruces de caminos el monolito extrae su necesidad de su funcion inagotable de indicador. Algunos de ellos, masivos e imponentes, parecieran reforzar su caracter indispensable de la situacion particular del lugar en que se encuentran (lugares desolados, parajes limites). Como si llegados a una esquina de este mundo -especie de impasse, muchas veces-, nos recordaran imperativamente la imposibilidad de detenernos; como si nos estuvieran diciendo que la desolacion y el limite son del orden de la ilusion o de lo transitorio; que el mundo se extiende mas alla de ellos y que de nosotros, eternos caminantes, depende que, ellos, eternos indicadores, extraigan su valor.