Vivimos en un mundo donde los espacios para la palabra se han ido clausurando, donde la memoria incierta de voces, se ha ido desvaneciendo. Aunque no se trata solo de que existan estos espacios, pues se trata tambien de medir la calidad de las palabras que en ellos circulan y la capacidad de utilizacion que tienen los habitantes para dar cuenta de como respira este mundo, esta ciudad, que se caracteriza por sus brotes de alegria, decepciones, tristezas, euforias, abatimientos, glorias y exitos pasados, pero que tambien esta llena de escepticismo ante un presente infructuoso y un futuro incierto. La vida y la palabra son dos caminos que existen para buscarle respuesta a lo incomprendido del mundo, donde el presente frustrado permite el regreso de un pasado ingrato, aunque exista dificultad en la memoria para traer esos recuerdos de regreso, que se escapan temporalmente, pero que resultan en la mayoria de los casos, gratos y nostalgicos, reales y ficticios, dolorosos y placenteros, cargados de sentido para ser ubicados en algun sitio de la realidad presente y asi poderle encontrar una respuesta satisfactoria a esa negativa inconclusa de la vida en el mundo de la oralidad. El respeto por el lenguaje se ha perdido, se ha vuelto rudimentario, el lexico es reducido, las palabras son inventadas, abreviadas, mal formadas y transformadas, y este no deberia tomarse solo como algo que favorece a cada hablante que posee todas estas variantes para expresarse, puesto que se genera una libertad de expresion que no vale mucho; si el sujeto no tiene dominio y buen manejo de su lengua, que le permita darse a entender, decir lo que piensa y siente de modo comprensible y organizado; el mensaje se vera truncado, ininteligible y defectuoso. Por esto siempre se ha dicho que el que tiene el poder, es el que sabe manejar de una forma correcta, la palabra. Las formas de expresion le permiten a los sujetos sacar a la luz lo que esta implicito en sus mentes, convertir el pensamiento en algo tangible, pero tambien se pueden detener, examinar, organizar, interrogar, repensar y editar antes de expresarlas. La forma correcta de hablar nos lleva a descubrir facetas ineditas que nunca habiamos visto antes con tanta claridad, nos hace mas sensibles para detectar la falta de conexion entre hechos o ideas cuya relacion nos habia parecido obvia en principio, nos obliga a profundizar mucho mas en alguna reflexion y a ser mucho mas cuidadosos con lo que decimos.