La ciudad no es un ideal, un plan posible, un modelo de sociedad al que se debe llegar (la cima de una sociedad civilizada, el nivel supremo de convivencia al que aspira llegar toda sociedad desarrollada), ni es una unidad homogenea, habitada de la misma manera por todos los ciudadanos. Es una realidad en permanente transformacion, en constante ebullicion, que cambia de apariencia y de rostro con las horas y los dias, con la actividad de los grupos que la viven y la transforman, la imaginan y la nombran, con las acciones de los sujetos que se ven interpelados por ella como su realidad mas inmediata.