Inmensamente doloroso es para el discipulo escribir sobre el maestro desaparecido, porque la pena que embarga el corazon no lo deja quizas apreciar en toda su amplitud los grandes merecimientos y virtudes que lo adornaban; pero a pesar de ello tratare de esbozar, aun cuando sea a grandes rasgos, la vida cientifica y social de quien por espacio de mas de treinta anos regento la catedra de Histologia de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional con altruismo de miras, y una consagracion que se podria llamar ejemplar, si otros profesores de su mismo temple y condiciones no lo hubieran precedido y acompanado, pues algunos de ellos todavia actuan en nuestra Facultad para orgullo y esplendor de la ensenanza medica colombiana.