El presente texto —leido por su autor como leccion inaugural del segundo semestre de 1987 en nuestra Facultad— desarrolla el problema del sentido que aun tiene la filosofia en nuestras actuales circunstancias de indigencia.Lo hace, dentro de una clara inspiracion heideggeriana, examinando el temple de animo dentro del cual el filosofo da comienzo a su tarea para, desde alli, abordar el asunto mas fundamental: el del papel que corresponde al filosofo en una situacion como la nuestra, de indigencia, de pobreza absoluta.Concluye el articulo haciendo mencion de dos de los dispositivos mas importantes por medio de los cuales el mundo contemporaneo adormece nuestra conciencia de que vivimos en el olvido del ser mismoy del ser-propio-de-la-existencia-humana: la ensonacion de un progreso creciente y los medios de comunicacion centrados en laimagen concreta.