La universidad situada en el siglo XXI, al desempenar sus funciones dentro de un mar de crecientes fenomenos como la globalizacion, la sociedad del conocimiento y la posmodernidad del tiempo actual, se enfrenta a una serie de retos que precisan de ella acciones puntuales y politicas serias que defiendan su autonomia, universalidad y calidad. Los compromisos institucional y del cuerpo docente, en el marco de estos retos, han de entenderse como una responsabilidad con el pensamiento critico para llevar a la institucion a consolidarse y ser pertinente en un ambiente de constante cambio e inestabilidad