La escritura academica y cientifica normalmente transita de manera previa por el estadio de la oralidad. El docente que ensena, luego de poner a prueba su discurso ante los cuestionamientos de sus estudiantes, procede a depurar sus notas de clase para dar forma a un texto academico que bien puede convertirse en el libro de referencia de su campo disciplinar. El que investiga u explora usualmente lleva un diario, una bitacora, o un recuento de sus observaciones que, ya en el retraido aislamiento de su soliloquio, o, en conversaciones de pasillo o de cafeteria con sus pares colegas investigadores, va puliendo igualmente hasta darles la forma de un avance de investigacion a ser presentado en una primera etapa en un evento academico. Luego de esta refinada presentacion ante pares externos ajustara de nuevo su trabajo hasta convertirlo en un articulo adecuado acorde con las exigencias de calidad de una revista cientifica.