Resulta un tanto complejo, por lo amplio y en ocasiones especifico de un saber, como sucede en este numero de la Revista de la Facultad de Medicina; realizar un editorial que de manera critica analice algunos o todos los documentos presentados mas facil intentar una presentacion. Asi por ejemplo resulta interesante que el trabajo de Bejarano-Roncancio, Ramirez, et al, concluya algo conocido por la llamada “opinion publica” y ahora comprobado por su estudio en un pequeno grupo de pacientes VIH positivos (1). Diversas investigaciones han establecido una tendencia a menos informacion sobre su estado de salud en pacientes VIH, en las mujeres seropositivas en especial, y hacia la obtencion de informacion no cualificada en los pacientes VIH en general (2). Asunto que sin duda nos remite a la alimentacion como fenomeno social y a las profundas implicaciones que en ella tienen la educacion, la economia y a las representaciones sociales que la alimentacion puede tener (3).