En octubre de 2006, durante las actividades de conmemoracion de los 40 anos del departamento de antropologia de la Universidad Nacional de Colombia, un grupo de estudiantes me invito –junto con otros egresados de distintas generaciones– a hablar de mi experiencia profesional. Este evento tuvo por objetivo reflexionar sobre nuestro papel en la antropologia e intercambiar opiniones acerca de la etica del cientifico social en la actualidad. Ante ese auditorio mi intencion fue, y tambien lo es ahora, encontrar, a traves de la narracion de mi trayectoria personal, experiencias similares que nos hermanaron como generacion en los noventas y que aun continuan enmarcando nuestro quehacer.