El presente articulo realiza una critica a la regulacion actual del trabajo domestico y a la ultima reforma legal sobre la materia, que incluyo la economia del cuidado en las cuentas nacionales. La autora argumenta que el derecho crea los incentivos suficientes para producir a las mujeres como actores ineficientes del mercado, utilizando mecanismos legales que disponen las obligaciones femeninas como prestaciones naturales asociadas con la maternidad y el cuidado del hogar. Los costos que socialmente pagamos por sostener la opresion femenina estan externalizados en esquemas como el sistema de salud, el diseno pensional y la brecha de igualdad salarial para las mujeres. El articulo concluye mostrando como la contingencia de la regulacion actual del trabajo domestico y el costo social asociado a ella puede alterarse con reformas incrementales que aumenten el posicionamiento social de las mujeres en terminos de poder y recursos.