Intentando explicar la Teoría del Caos, los científicos no pudieron hallar otro mejor ejemplo que el proporcionado por el leve aleteo de una mariposa que con sus alas desplaza una imperceptible onda que puede ser el inicio, bajo impredecibles condiciones, de un movimiento huracanado al otro lado del planeta. Extrapolando el fantástico ejemplo, lo mismo podría decirse del camino seguido por las medidas represivas que contra las drogas sicoactivas han tomado diversas autoridades en los últimos 200 años: se inició con los imperialistas cañonazos de la guerra del opio en China cuyos efectos impensablemente llegaron a los Estados Unidos de donde, como el caprichoso desplazamiento del mentado huracán, se abatieron sobre Colombia con todos sus horrores.