Humberto Maturana afirma que “la estabilidad de un sistema social depende de que no se interfiera en su carácter conservador”. En esencia, ese carácter no se marca de manera exclusiva por su capacidad de resistencia al cambio, sino incluso por una respuesta armónica y coherente a este. Esa característica, que suele definirse como autopoiesis, es lo que lleva al sistema a decantarse por soluciones, mecanismos o instrumentos que permitan mantener una unidad en sí mismo. Por tanto, la funcionalidad de un sistema depende llanamente de la capacidad que tenga para mantener un sentido y una práctica de preservación.