El artículo busca, a partir del abordaje etnográfico reconocer las maneras como las mujeres guaraní, sus hijas e hijos vivencian y circulan en la ciudad de Florianópolis (Santa Catarina, Brasil) desafiando con su presencia los imaginarios del ciudadano común y del estado sobre el ser indígena (que comprende la idea de que los verdaderos indígenas hablan lengua, usan vestido y viven en áreas rurales o tradicionales), demostrando como un contexto que se entiende históricamente blanco reconoce a estas mujeres como indígenas, pero al mismo tiempo duda de su autenticidad, especialmente en lo que concierne al uso que hacen del espacio público en la ciudad. La etnografía nos permite comprender como esos sentidos comunes podrían ser revaluados a la luz de su propia experiencia y nos dejan observar cómo esta posibilita la comprensión amplia de la relación identidad, territorio y cultura, donde estas evidentemente se entremezclan pero no necesariamente se condicionan.