En el presente artículo se analiza la tensión que se presenta en Colombia entre el carácter laico del Estado y el deber constitucional de proteger el patrimonio cultural. Debido a la importancia histórica de la Iglesia católica, muchos de sus bienes, ritos y manifestaciones inmateriales tienen un importante valor cultural, pues son rasgos distintivos de la sociedad colombiana. Algunos de esos bienes, ritos y manifestaciones han sido incluidos en el catálogo del patrimonio cultural de la Nación. Esta inclusión puede llegar a desconocer el principio de laicidad porque la consecuencia de la declaratoria es la protección y promoción por parte del Estado de rituales de una determinada organización religiosa. Para evidenciar la tensión, se analiza el caso de las procesiones de Semana Santa que se realizan en algunas parroquias católicas del país y que tienen el carácter de patrimonio cultural de la Nación.