En este artículo se presenta un conjunto de reflexiones en relación a la manera cómo se realizó una intervención con la comunidad indígena de Mocaguab, a propósito del impulso al Plan Integral de Vida (PIV). Se trata de analizar tres dimensiones que encuadran dichas reflexiones en el antes, el durante y el después de la intervención: en primer lugar se abordará la dimensión conceptual de la intervención intercultural que contiene a su vez categorías discursivas y políticas que justifican la acción profesional. En segundo lugar se examinará la dimensión metodológica que da cuenta de la práctica profesional en sí misma, la cual trasciende la mera técnica pues desde allí se involucra no solamente a los sujetos con los cuales se construye el entramado interventivo sino también el sujeto profesional. Por último se planteará una mirada a la dimensión ética del impulso de un Plan Integral de Vida en una comunidad indígena, pues desde allí es posible cuestionar propuestas conceptuales y metodológicas homogenizantes sobre la manera de ver lo indígena. Los Plan Integral de Vida son un excelente escenario para estudiar la forma cómo se concibe la inclusión de la diversidad étnica a la Nación. Sin demeritar la importancia de la elaboración de los Plan Integral de Vida por parte de las comunidades, es posible cuestionar la idea de respeto a la diferencia cultural que en ellos prevalece, máxime cuando dichos Plan Integral de Vida no problematizan de manera frontal las desigualdades y la exclusión social histórica de las comunidades indígenas.