Este artículo de reflexión explora la brecha entre la psicología ambiental y la educación ambiental (EA), argumentando que su ruptura conceptual ha retrasado el desarrollo de intervenciones efectivas para promover el comportamiento sustentable. Se destaca la necesidad de integrar conceptos y evidencias para transformar la EA de manera que abarque el contexto escolar e institucional, y de manera integral, que considere los diversos contextos psicológicos, sociales, económicos, políticos y culturales relacionados con las consecuencias del comportamiento proambiental. El documento analiza cómo la psicología ambiental, desde sus inicios en el estudio de la interacción persona-ambiente, ha evolucionado hacia un enfoque más experiencial y simbólico, abordando el comportamiento proambiental. La EA, por su parte, se ha desarrollado con diversas tendencias pedagógicas y filosóficas, desde la transmisión de contenidos hasta la promoción de valores. El texto discute la importancia de comprender los determinantes del comportamiento en el contexto real, más allá de las actitudes y creencias. Finalmente, se enfatiza la necesidad de integrar los avances de la psicología ambiental en la EA, para diseñar intervenciones efectivas que promuevan el cambio de comportamiento hacia la sostenibilidad