A partir del análisis de veintiuna notas de prensa sobre el incendio del asentamiento popular La Mano de Dios (Medellín, Antioquia, Colombia, 6 de marzo de 2003), el presente artículo de investigación busca demostrar que la manera en que los periódicos de circulación regional trasmitieron este siniestro pretendía, mediante una determinada forma de construir la realidad, reforzar la figura de quienes hoy son ampliamente conocidos como damnificados, en detrimento de su papel histórico como desplazados y de la carga que ello representa. Se parte de la hipótesis de que, precisamente a través de esta estrategia de desinformación, cuyo encuadre o framing es sesgado, los matutinos llevan a cabo un giro semántico (de desplazados a damnificados) que termina favoreciendo la imagen de la hegemonía dominante, pues no solo la exime de culpas respecto al desplazamiento en el marco del conflicto armado interno –– resultado del olvido estatal––, sino que la sublima como aquella que, en mayor medida, aparece como proveedora de ayudas y prebendas para las víctimas de este tipo de tragedias, las cuales no son ajenas a la cotidianidad de la ciudad.