La tendencia hacia el fenómeno o experiencia espiritual hace parte de la realidad humana, esta puede ser experimentada a través de la religión, el sentimiento místico, la búsqueda de la trascendencia o la «consideración y observancia solícitas de ciertos factores dinámicos concebidos como “potencias” (espíritus, demonios, dioses, ideas, ideales o cualquiera fuere la designación que el hombre ha dado a dichos factores)» (Jung, 1949, p.8). La existencia de esta expresión particular de la dimensión espiritual humana puede ilustrarse con una de su más importante manifestación, a saber, la religión, la cual, en palabras del filósofo vasco Xavier Zubirí (1993) se constata en cuanto «son unos hechos que existen ahí, en la sociedad» (p.16). En este horizonte, la religión como fenómeno social, como aquello que «existe ahí, en la sociedad», puede encontrarse, ya sea en la forma de las cosmovisiones, la institucionalización o costumbres sociales, entre otros hechos los cuales se pueden corroborar gracias a las ciencias de la religión, «las cuales constituyen un campo específico de investigación y analizan su propio objeto de análisis bajo diferentes perspectivas: diacrónico-histórica, descriptivo-fenomenológica (comparativa), sociológica (antropológica-cultural, sociológica y psicológica de la religión)» (Blázquez, 2011, p.7)