La educación en ciencias y el conocimiento científico desempeñan un papel fundamental en el desarrollo tecnocientífico de las sociedades, lo cual es evidente en un mundo cada vez más complejo y globalizado. En este contexto, se requiere que los ciudadanos posean una comprensión sólida de los productos, procesos y naturaleza de las ciencias. Estos conocimientos, en conjunto con una enculturación sociopolítica, les permitirán identificar y formular problemas de carácter sociocientífico, así como participar de manera intencional en la búsqueda de soluciones. Además, se ha demostrado que los avances en la ciencia y la tecnología han tenido un impacto significativo en la humanidad, proporcionando numerosos beneficios en áreas importantes como la salud, las comunicaciones, la seguridad alimentaria y la energía. Estos avances han permitido el desarrollo de medicamentos más efectivos, la conectividad global y fuentes de energía más limpias, sin embargo, este progreso también ha generado sentimientos de riesgo e incertidumbre a nivel social y político (Zeidler, et al., 2005). Durante las últimas 6 Robinson Viafara Ortiz, Boris Fernando Candela cinco décadas, a nivel mundial, se han presentado problemas en diversas áreas, como el medio ambiente, la seguridad alimentaria, la manipulación genética, la disminución de la diversidad biológica y la sobreexplotación de productos farmacéuticos, entre otros. Esto ha llevado a que muchas entidades bióticas y abióticas, enfrenten amenazas existenciales significativas.