La administración de anticuerpos monoclonales es estrategia terapéutica clave en el tratamiento de diversas enfermedades, incluidas neoplasias malignas y trastornos autoinmunes. Sin embargo, la interacción entre estos tratamientos y la respuesta inmune a las vacunas es un área que requiere una atención detallada, dado que los anticuerpos monoclonales pueden afectar la eficacia y seguridad de la vacunación. La eficacia de las vacunas en pacientes tratados con anticuerpos monoclonales puede variar según el tipo de anticuerpo monoclonal utilizado y el tipo de vacuna administrada. Las vacunas basadas en ARNm y de subunidades tienden a mostrar una mayor adaptabilidad en su eficacia comparadas con las vacunas inactivadas. La respuesta inmunológica puede ser subóptima, lo que resalta la necesidad de estrategias de vacunación adaptadas a las características individuales de los pacientes. La seguridad de la vacunación en esta población se mantiene dentro de los límites aceptables, aunque se deben monitorizar posibles efectos adversos. Se necesitan investigaciones adicionales para definir mejor las mejores prácticas y directrices para la vacunación en pacientes que reciben anticuerpos monoclonales concentrándose en la evaluación de la respuesta inmunitaria a largo plazo y en la comparación de la eficacia de diferentes plataformas de vacunas en esta población específica.