El capitalismo contemporáneo ha mostrado una fuerte capacidad de adaptación y de superación de sus crisis inherentes, radicalizadas en el ámbito financiero; sin embargo, la superación económica de estas crisis no implica, en lo absoluto, que las implicaciones no económicas de dichas crisis se vayan cuando las burbujas se estabilizan. De hecho, la crisis en su sentido ético se perpetúa. En este paper analizamos desde un enfoque fenomenológico-crítico los postulados de Touraine, para pensar la crisis social contemporánea desde el concepto desde lo postsocial, mostrando que la política no debe ser reducida a su sentido operacional y, desde allí, puede repensarse el alcancé ético de las transformaciones históricas de las sociedades actuales.