La cadena de suministro es un componente crítico en el funcionamiento eficiente de las empresas, ya que abarca todas las actividades necesarias para mover un producto desde el proveedor hasta el consumidor final (Smith, 2022). Una cadena de suministro bien gestionada no solo minimiza los costos operativos, sino que también mejora la calidad y la velocidad del servicio, creando una ventaja competitiva significativa (Brown, 2023). Las tecnologías emergentes, como el Internet de las Cosas (IoT) y el análisis de datos, han transformado la forma en que las empresas monitorean y optimizan sus cadenas de suministro, permitiendo visibilidad en tiempo real y una toma de decisiones más informada (Chen & Wu, 2021). Además, la resiliencia de la cadena de suministro ante interrupciones, como desastres naturales o crisis globales, se ha convertido en un aspecto crucial para garantizar la continuidad del negocio (Miller, 2022). Finalmente, la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa también desempeñan un papel importante en la gestión de la cadena de suministro. Las empresas están cada vez más comprometidas con prácticas que reducen el impacto ambiental y promueven condiciones laborales justas a lo largo de la cadena (Davis, 2023). Implementar estas prácticas no solo contribuye al bienestar global, sino que también mejora la reputación de la empresa y la lealtad del cliente (Taylor, 2024). En resumen, la cadena de suministro es fundamental para la competitividad y sostenibilidad de las empresas en el mercado actual.