Las condiciones psicosociales, de violencia y salud en el trabajo son un problema moral. Esta conclusión resulta de una reflexión ética a la luz del pensamiento crítico, con apego a los siete estándares intelectuales universales, la cual, está inscrita dentro de un cuadro o marco de racionalidad ética comprensible, razonado y argumentado que pretende estar libre de vicios de razonamiento, el cual comprende el concepto de daño moral (dommage moral) y reconoce el hecho cierto probado de que «todo trabajo es peligroso». Para ello, examina investigaciones académicas que demuestran perjuicios atribuibles al trabajo que atañen a la vida, la salud, la integridad física, el honor, la imagen, la intimidad y los sentimientos personales, teniendo claro el «deber hacer» de que los trabajadores, sin excepción alguna, tienen derecho al máximo nivel de protección frente a cualquier riesgo y de que los empresarios, dentro de las nuevas responsabilidades producto del progreso actual, tienen el «deber hacer» de garantizar el máximo de seguridad frente a los riesgos, sin importar su origen.