La presente investigación estudió la percepción de 80 operadores jurídicos colombianos (20 jueces, 20 fiscales, 20 abogados litigantes y 20 investigadores criminalísticos) sobre indicadores conductuales (no verbales) de engaño, al apreciar declaraciones de terceros. Se empleó un diseño cuasiexperimental de comparación de grupos elegidos por conveniencia, quienes debían pronunciarse sobre el juicio de veracidad que les otorgaban a las declaraciones dadas por dos sujetos (hombre y mujer) y que fueron observadas en doce videos (seis para cada género) y justificar las razones de su respuesta. Los videos presentaban un orden aleatorio y contenían componentes verbales y conductuales, diez incluyeron premeditadamente uno o dos de los indicadores conductuales usualmente atribuidos al engaño, a saber: pestañeo, automanipulaciones, cambios de postura y titubeo; y dos sin indicador de engaño conductual. Aunque los abogados litigantes tuvieron una mayor tasa de aciertos al discriminar narraciones verdaderas y falsas, no se encontró diferencia significativa en los cuatro grupos. Los cuatro grupos les atribuyen mayor importancia a lo verbal en el análisis de los testimonios que a lo no verbal, sin embargo, también se encuentran en un alto porcentaje la atribución de engaño a conductas como cambio en la dirección de la mirada, nerviosismo, preocupación, automanipulaciones y cambios de postura. Los resultados abren el debate sobre la percepción de otros indicadores de atribución de engaño de tipo cognitivo asociados a teoría de la mente.