En las décadas de los 70 y 90, disciplinas como la economía conductual y la neuroeconomía comenzaron a cuestionar el concepto del Homo Economicus. Estas disciplinas sostienen que en la toma de decisiones económicas intervienen factores cognitivos y emocionales más allá de la Teoría de la elección racional (TER), que tradicionalmente solo considera costes y beneficios. El objetivo del artículo fue examinar, bajo la óptica de la economía conductual y la neuroeconomía, cómo las emociones inciden en la toma de decisiones económicas. La revisión sistémica se llevó a cabo mediante el método PRISMA y el programa RAYYAN, analizando 87 artículos publicados entre 2016 y 2023, de los cuales se seleccionaron 11 para la revisión final. Entre las conclusiones más destacadas se encuentra que el miedo es la emoción más influyente, especialmente en situaciones de incertidumbre. También se observó el impacto significativo de las emociones incidentales, las cuales, aunque no guardan una relación directa con la actividad económica, afectan el proceso de toma de decisiones al dificultar los análisis racionales. Además, se identificaron áreas clave en el cerebro para la toma de decisiones económicas como son el córtex prefrontal y el sistema límbico. Por último, surgió una categoría emergente: el impacto de trastornos psiquiátricos o neurológicos en dicho proceso. Estos hallazgos permiten ampliar los conocimientos teóricos y metodológicos sobre cómo las emociones, los sesgos y el sustrato biológico influyen en la toma de decisiones económicas, contribuyendo de igual forma al avance de la microeconomía.