La gestión del servicio de policía enfrenta desafíos complejos y multifacéticos que requieren soluciones efectivas, basadas en evidencia. En este contexto, los datos surgen como una herramienta crucial para la toma de decisiones informadas y la implementación de políticas y prácticas que mejoren tanto la seguridad como el bienestar de la comunidad. La adopción de este planteamiento permite a los cuerpos de policía actuar con mayor precisión, eficacia y legitimidad. Entonces, la gestión del servicio de policía se refiere a la información obtenida a través de la observación, la experimentación y el análisis de datos. Este tipo de evidencia se basa en hechos verificables y medibles, lo que la distingue de las opiniones o las suposiciones de orden más teórico. En el ámbito de la gestión policial, tal evidencia deriva de fuentes tan diversas como los estudios criminológicos, las estadísticas de delitos, las evaluaciones de programas y los resultados de investigaciones científicas relacionadas con la construcción de la confianza en el territorio.