"El boom de la expansión de los gatos se da hasta la próxima parada, en el periodo Edo (1603 – 1868). Davisson (2020) señala, por ejemplo, que el país experimentó un florecimiento de arte y cultura: teatro kabuki, sushi, artistas de ukiyo-e y geishas; incluso la aparición de las primeras imprentas en Japón. La importancia de esta cultura popular explica cómo los gatos pasaron de la corte a la gente del común también, y el porqué de su difusión en el territorio. En el marco de este periodo histórico en Japón, la corte imperial ya no tenía el poder de antaño y el shogunato de Tokugawa se había instalado. La expansión de la cultura ya no se daba exclusivamente desde las clases privilegiadas, y la forma poética del waka empezaba a perder popularidad frente al haiku. Había literatura en masa, y más gente podía leer y escribir (en escuelas o por su cuenta). Japón, que permanecía en gran medida aislado del mundo, iba desarrollando en solitario parte de la cultura que hoy conocemos."