El periodo de La Violencia en el Tolima, Colombia, entre 1948 y 1964, dejó una profunda huella en la niñez y la educación. Este estudio se enfoca en las impactantes repercusiones de La Violencia en la vida de un niño de esta región. Durante esta década, este niño se convirtió en testigo y víctima de atrocidades inimaginables que alteraron su entorno familiar y su acceso a la educación, dejando una marca indeleble en su futuro. Este análisis se adentra en las historias silenciadas de quienes vivieron en carne propia los horrores de La Violencia, destacando la necesidad de comprender las consecuencias de los conflictos armados en la niñez y la educación. Además, se explora la educación en un contexto de conflicto armado, examinando la disponibilidad de instituciones educativas y la calidad de la enseñanza. Se analizan también las particularidades de la educación en entornos rurales, donde las condiciones geográficas y socioeconómicas añadieron desafíos adicionales a un sistema educativo ya frágil.