En el presente artículo presentado a partir de los resultados de una investigación etnográfica, se hace un abordaje de las repercusiones socioculturales experimentadas por los miembros del Resguardo Indígena Wayuu Nuevo Espinal en Barrancas la Guajira (Colombia), en el contexto del desplazamiento forzado generado por la expansión de la actividad minera del complejo minero Cerrejón en 1993, así como por la presencia de grupos armados al margen de la ley. Esta situación condujo a que esta población indígena se mantuviera por mucho tiempo en un estado de desterritorialización que contribuyó al debilitamiento de su cosmovisión, especialmente en aspectos relacionados con la espiritualidad, el territorio y las prácticas de subsistencia, desencadenando un proceso de epistemicidio físico y exterminio étnico. Los procesos de lucha y resistencia por parte de los miembros de esta comunidad wayuu son fundamentales para comprender su existencia física y cultural al día de hoy, a pesar de los procesos de desterritorialización. Esta resistencia dio su mayor resultado cuando se logró la consolidación de su territorio como Resguardo de especial protección por parte del estado en el año 2017. Sin embargo, la lucha de esta comunidad continúa de manera constante y parece no tener un fin cercano, ya que las problemáticas que aún los afectan ejercen un alto impacto en su pervivencia tanto social como cultural.