En un contexto de crisis ecológica, uno de los grandes desafíos de la arquitectura es ofrecer soluciones sostenibles y durables. El reto es mayor teniendo en cuenta que las sociedades contemporáneas se caracterizan por transformarse de manera permanente. Cedric Price diseñó en los años 1960 el Fun Palace, un edificio que, concebido como un evento temporal, se convirtió en un referente del cual se pueden extraer lecciones para pensar una arquitectura efímera y perdurable. El objetivo del artículo busca identificar en el Fun Palace principios para un ejercicio sostenible de la profesión, en resonancia con las exigencias de la crisis ecológica actual.