Hace muchos años leí de Norbert Elias su The History of Manners. No tengo un recuerdo muy claro del libro. Evoco vagamente que trataba de manera ingeniosa de temas como el debido comportamiento en la mesa de comer y de la invención del tenedor, y que era un texto muy original. Pero cuando recibí la invitación a participar en un simposio colombiano (en Oxford) sobre su obra, mi primera reacción fue poco entusiasta. No por falta de respeto a Elias, en estos temas sin duda un pionero, sino porque he tenido la impresión de que después de la publicación de su libro hemos tenido un exceso de historias para mi gusto demasiado exquisitas, sobre temas demasiado marginales, escritas a veces por historiadores demasiado miniaturistas, a veces vanidosos y narcisistas.