Los residuos de construcción y demolición (RCD) se definen como los restos procedentes de la construcción y remodelación de viviendas o edificios, y la demolición de obras urbanas y públicas, vías, puentes, instalaciones hidráulicas terrestres o marítimas, etc. (Secretaría Distrital de Ambiente, 2015). Se estima que el 40 % de la energía mundial lo consumen actividades de construcción; esta industria genera el 30 % de las emisiones de CO2 (Barrientos, 2016) y produce más de 6,5 mil millones de toneladas de RCD (pogotech, 2017). Con base en esto, este tipo de residuos se considera un grave problema ambiental; sin embargo, se desconoce su potencial de aprovechamiento en obras arquitectónicas y de ingeniería.