Este artículo analiza la incorporación de Getsemaní, un barrio popular ubicado en la ciudad amurallada de Cartagena, dentro de las políticas de patrimonialización para el centro histórico entre 1978 y 1984. Para Getsemaní se propuso un modelo mixto que incluyó un modelo tradicional de patrimonialización, que consistía en la restauración y preservación de los valores arquitectónicos coloniales, y un modelo de renovación urbana que estableció normas flexibles que facilitaron la construcción de edificaciones modernas dentro del entorno, con el fin de activar sus capacidades económicas. A partir del análisis cualitativo de fuentes primarias, como artículos de prensa, planes de remodelación urbana, fotografías, mapas y códigos de zonificación, se examina que visiones se construyeron en torno al proceso y cómo estas exhibían las disputas entre quienes defendían la función social del espacio urbano y quienes anhelaban convertirlo en un objeto de consumo turístico y cultural.