La educación inclusiva y de calidad constituye un aspecto esencial para aprendizaje de los estudiantes con capacidades diferentes. Los modelos educativos convencionales enfatizan en las dificultades que se presentan en el trastorno del espectro autista (TEA), el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), la dislexia y el síndrome de Down (SD). El objetivo de este artículo es abordar estas condiciones desde el paradigma de la Neurodiversidad, haciendo énfasis en el potencial más que en la alteración. Se propone un abordaje que va más allá del diagnóstico y convoca al uso de estrategias flexibles, creativas e innovadoras en el aula que facilitan la comunicación, la adquisición de nuevos saberes, así como el desarrollo de las capacidades, habilidades y potencialidades de los estudiantes que aprenden de una manera diferente.