Una de las regiones que se ha visto más afectada por el crimen transnacional organizado ha sido el “Triángulo Norte” de Centroamérica, debido en parte a su debilidad institucional. Un análisis comparado de las características y funcionamiento de las comisiones y misiones de apoyo internacionales muestra que tienen un mandato específico para abordar la corrupción, son más prolíficas en sus investigaciones y condenas que los tribunales penales internacionales, regionales o híbridos, y promueven estrategias multidimensionales para abordar el problema. Además, estas comisiones y misiones de apoyo interactúan más estrechamente con las poblaciones afectadas y recurren a la sociedad civil y la opinión pública como aliados en su lucha contra la corrupción. Sin embargo, presentan una fuerte dependencia del apoyo político de la comunidad internacional, y están operativa y presupuestalmente sujetas a los vaivenes de los gobiernos de los Estados anfitriones, lo que constituyen dos desventajas nada despreciables.